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La AESA acaba de publicar su evaluación de los riesgos para la salud humana y animal de los glicoalcaloides en las patatas y sus productos derivados.
Los glicoalcaloides están presentes de forma natural en muchas plantas de la familia de las solanáceas (patatas, berenjenas, tomates) y contribuyen a su resistencia a las plagas y a los patógenos.
La ingestión de glicoalcaloides puede causar intoxicación con síntomas gastrointestinales agudos como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.
Los expertos han identificado un problema de salud para los lactantes y los niños pequeños, teniendo en cuenta los consumidores medios y altos. En los adultos, hay un problema de salud sólo para los grandes consumidores.
La dosis más baja a la que se observan efectos adversos se calculó en 1 mg/kg de peso corporal por día.
Hasta la fecha, la reglamentación europea no ha establecido ningún límite que deba respetarse en los alimentos.
Sin embargo, algunos países europeos y no comunitarios han establecido límites nacionales entre 100 mg/kg y 200 mg/kg de glicoalcaloides que no deben superarse en las patatas.
Para reducir el contenido de glicoalcaloides en los alimentos, la EFSA recomienda pelar, hervir y freír las verduras.
Debe saber que nuestro laboratorio busca glicoalcaloides (chaonina y solanina) en las patatas bajo acreditación del COFRAC (Alcance N°1-1904 disponible en el sitio web del COFRAC).
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